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Vulnerabilidad: ¿qué sucede cuando el cuerpo dice basta?

Vulnerabilidad: ¿qué sucede cuando el cuerpo dice basta?

¡Buenas buenas! ¿Cómo estás?
¿Cómo venís sintiendo tu cuerpo hoy? ¿Qué sensaciones priman en vos estos días? 

Hoy tengo ganas de abrir el tema de la vulnerabilidad y contarte acerca de un camino que vengo investigando hace ya algunos años. ‍️

But first: empezó NOVIEMBRE, el mes de los TILOS, JACARANDÁS, y JAZMINES (que están a puuuunto de brotar!) al menos en Buenos Aires. La belleza de esta ciudad este mes me predispone bien, con ganas. Estate atenti si estás de este lado del mundo con lo que sucede a tu alrededor.

Sin embargo, por más frutos y flores que la Primavera nos traiga, hay algo importante que quiero contarte: para mí haber creado REVERDE-SER ️, el evento en la noche de brujis, fue toda una osadía, ya que hace algunos años que vengo “remando con dulce de leche” a esta altura del año.

Más que reverdecer en primavera, yo “me oscurecía”. Cada año que pasaba, la energía tocaba límites muy concretos para mi cuerpo, que se iba apagando, se quedaba sin ganas, apático, por fuera del mundo. Así lo sentía yo, como una pausa impuesta por mi cuerpo, sin posibilidad de elegir.

Vienen siendo - no puedo decir fueron, ni puedo cantar victoria aún - años de mucha investigación con los síntomas de mi cuerpo. Años de tanto dolor que mi cuerpo desconectó para dejar de sentir. 

Sí, tenemos partes de nosotrxs mismxs que nos protegen, que 

de alguna forma nos regulan para poder sobrevivir.

El tema está en entrenarnos para poder salir del lugar de supervivencia, de alerta constante, y empezar a ensayar otras formas posibles, más amables y seguras que nos permitan vivir una vida en plenitud.

De todo un poco te cuento en este posteo / carrousel que publiqué el otro día en Instagram, ¡ojalá te haga sentido! 
POSTEO: DESCONEXIÓN Y VULNERABILIDAD

Volvamos a lo que nos atañe hoy: ¿qué pasa cuando el cuerpo dice basta? ‍️

Yo creo que se abre un mundo. Un mundo lleno de incógnitas. Nadie “de una” entiende sus síntomas. Y todxs - en mayor o menor medida - nos enojamos en un principio con lo que nos pasa. En el mejor de los casos, agradecer al síntoma viene muuuucho tiempo después, cuando vas encontrando el hilo conductor de tu historia, que no es solo tu propia biografía, sino la que incluye a tu familia, a tu árbol genealógico, y quien sabe a qué o quién (es) más.

Al final, es una cuestión de abrirnos al misterio que somos, con curiosidad y paciencia.

Creo que a veces queremos “entenderlo todo” y nos olvidamos de esperarnos a nosotrxs mismxs. De comprender que hay CICLOS de nuestra vida donde podemos estar más activxs, y “hacedores”, y otros en donde la pausa nos toca la puerta y nos pide reposo y regeneración.

Ahora: ¿cómo acompañar-nos y cómo acompañar a lxs que nos rodean cuando el cuerpo dice basta? Creo que la llave acá está en NO EXIGIRNOS 

DEMÁS Y MIRARNOS CON COMPASIÓN.

Para eso, te comparto un posteo que subí hace dos meses sobre la importancia de revisar una frase extremadamente conocida, exitista y mártir:

QUERER NO ES PODER
 

Estos últimos años, he hablado bastante en redes sobre la parálisis del cuerpo, y la autoexigencia. Creo que es fundamental saber que nadie se salva de esto, que pasamos cada tanto por ahí, porque el cuerpo es tan sabio, que nos avisa con sus señales a dónde tenemos que prestar atención.

Así que te deseo amorcito y paciencia, y que estemos cerquita acompañándonos. 

Me hace tan bien escribir este newsletter a mí, que quiero agradecerte por llegar hasta acá y leerme. Si resonás

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